Fue una locura y lo vimos en directo en Footters. Cuando la prórroga se encontraba ya en su tiempo extra, cuando los penaltis parecían inevitables; una falta al borde del área lo cambia, y vaya falta. Sergio Cortés la ponía con mimo sobre el césped y le pegaba con una parábola similar a esas canastas sobre la bocina que vemos en la NBA. La comparación no puede ser más exacta porque tras tocar la red la bola, el árbitro indicó el final del partido llevando el éxtasis al banquillo del Llagostera y la desolación entre los locales. La Dehesa de Navalcarbón se quedó helada viendo como los locales dejaban escapar en tiempo de descuento una Copa RFEF por la que estuvieron peleando sin descanso durante los primeros 90 minutos y posteriormente durante la prórroga.

Qué grande poder llevaros a casa momentos así.