A la tercera fue la vencida: El Racing de Ferrol consigue su primera victoria

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El sabio refranero español dice eso de “a la tercera va la vencida” y hoy el Racing de Ferrol puede dar fe de ello. Tres jornadas ha tenido que esperar para inaugurar su casillero de victorias ante un Real Valladolid Promesas que buscaba el mismo objetivo.

La primera parte se podría resumir en diez minutos de infarto, seguidos de otros treinta y cinco de autentico sopor. Ambos conjuntos salieron con ganas de buscar las cosquillas a las defensas contrarias. Una internada por banda izquierda de Héber Pena, cuyo centro no encontró rematador, dio paso al gol visitante.

Paulo Vitor, el lateral brasileño del Valladolid Promesas, agarró la pelota en su zona defensiva, cruzo todo el verde de A Malata, dejando atrás a todo jugador local que salía a su encuentro para, una vez en el área gallega, recortar y de un disparo raso y seco batir a Gazzaniga. Era el minuto 6 de partido y la sonrisa se dibuja en el banquillo de los de Julio Baptista.

No tardaría mucho en poner la igualada el Racing de Ferrol. Otro envió desde el costado izquierdo de Pena, que no acierta a despejar Amoah, llega a las botas de Dani Nieto, cuyo disparo golpea en el cuerpo del ghanés antes de besar la red del portero visitante. Empate a 1.

Desde ahí y hasta el descanso el aburrimiento propio de una tarde sábado se hizo con el encuentro a pesar del dominio de los pucelanos, que apenas generaron peligro.

A la vuelta de la caseta, el guion siguió siendo el mismo, con la excepción de dos sobresaltos. El primero, un disparo cruzado de Dali tras un caracoleo dentro del área del Racing de Ferrol, que despejo con una buena intervención Gazzaniga. Y el segundo, el penalti que marcaria el destino del partido. Falta lateral botada por Dani Nieto, el balón queda suelto en el punto de penalti, Manzanara mete el cuerpo y Mikel Carro al intentar despejar, lo derriba. Pena máxima. No perdonó uno de los sempiternos pistoleros del fútbol patrio, David Rodríguez, que ponía por delante a los de verde.

Era el minuto 70 de partido. Todo podía pasar. Pero la diosa fortuna hoy se puso del lado gallego, sobre todo cuando a 6 minutos del final pudo llegar el empate del Valladolid Promesas. Jugada a balón parado desde el flanco derecho, que bota Maroto. El esférico es tocado por un hombre de la defensa local y tras estrellarse en el palo, bailó sobre la línea de gol y encontró acomodo en el pecho y las manos de Gazzaniga.

Lo intentó el filial pucelano hasta el final, pero sin éxito y de esta manera los de Baptista suman su segunda derrota en tres partidos. Mientras que esta victoria permite al equipo de Parralo seguir asentando las bases de este proyecto ferrolano, que ha dejado claro que, en A Malata, será un hueso duro de roer.